SE LO DEBÍAMOS A UN AMIGO

Abatir la memoria es uno de los hechos más aberrantes de la ignorancia.

Por José Luis Riveras

Ultimar la memoria es fortalecer el concepto de que solo importan los intereses

Matar de a poco, casi con displicencia la identidad

Lo he visto desde que tengo uso de razón, y han pasado ya tantos años

La memoria de un lugar es su documento de identidad

Es como decir este soy yo ¿Qué queda de aquel indocumentado sin origen y sin lugar?

Han abatido un testimonio más de nuestra historia, de nuestra memoria, de nuestra identidad

Y muchos no deberían sumarse, cínicamente, al dolor de la perdida, porque ellos en el mismo lugar de aquellos que hoy lo propician, han hecho cosas peores

Alguien ha pensado alguna vez que los pueblos tienen lo que se merecen

Yo no comparto esa idea

Yo, como muchos más, no merezco que desuellen la cultura en nombre de la política, las ideologías, o cualquier otro miserable acto de egoísmo.

Mis nietos ya no verán, al pasar por la plaza, los negros tanques que fueran parte del paisaje de don Rotundo, de la bella Palmira, y de tantos otros que ya no están, pero viven en la memoria

Abatir la memoria es uno de los hechos más aberrantes de la ignorancia

La fotografía que inmortaliza los tanques me la regalo, ya hace unos cuantos años, un fotógrafo de Villa Gobernador Gálvez. Pido perdón por no recordar su nombre, es una de mis tantas deudas de agradecimiento. Pertenece al libro de la CANTATA A VILLA GOBERNADOR GALVEZ, no editado, como toda mi obra, la que ya editaron mis vecinos y amigos … en su corazón

 

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